María Ignacia González
Colegio Almenar del Maipo
En el universo existe sólo una cosa de la cual ninguno de nosotros puede escapar, ya que a pesar de lo mucho que tratemos de evitarlo, se las ingeniarará para comunicarnos lo que quiere. Para escuchar sólo tenemos que estar atentos.
El cuerpo humano es muy sabio, perfecto dicen otros, quizás incluso más de lo que conscientemente sabemos. El cuerpo sabe lo que está bien y lo que está mal, lo que necesitamos y lo que no, incluso antes de que lleguemos a estar conscientes de ello. Ya sea mediante estímulos nerviosos, como por ejemplo las ganas de comer chocolates, o una enfermedad física como cáncer o una hernia. Sin embargo, a pesar de que exista conocimiento acerca de este potencial oculto del cuerpo, generalmente tendemos a olvidar las capacidades de este.
A lo largo de la historia ha existido la interrogante acerca de la racionalidad y la emocionalidad. Surgieron el Racionalismo y el Empirismo. Se crearon separaciones entre los mundos, el mundo de las ideas y el mundo de las ilusiones. Junto a estos conceptos, también han entrado en discusión los componentes del ser y la naturaleza de este. Incluyendo al debate los conceptos de cuerpo, “alma”, “espíritu”, “mente” y la predominancia de estos.
Para Platón el cuerpo era la prisión del alma, y no hacía más que corromperla con sus pasiones y sentimientos. Para Nietzsche el cuerpo era el corrompido por la racionalidad. Hoy en día, prima la libertad de expresión y creencias. Por lo que no es extraño encontrar a personas que tengan diversos conceptos acerca de la existencia del alma, la mente y sus funciones, algunos creen otros no. Cualquiera sea el caso, el cuerpo muchas de las veces ni siquiera entra en discusión, ya que éste se mantiene intacto. Ahí en su posición de observador, de culpable. Siendo delegado a cargarnos y a mostrarse, pero en ningún caso ser nosotros.
En nuestra cultura, nuestro cuerpo es apariencia, sólo apariencia, reprimiéndonos y limitando las capacidades del alma y la mente. Algunos dicen preocuparse más y otros menos. La verdad, es sólo cuestión de horas de ejercicio y gramos de maquillaje. Pero al fin y al cabo el cuerpo es únicamente una parte más, si es que lo consideran parte, de este resquebrajado ser contemporáneo que tiene el fin de competir con su entorno y vivir pretendiendo ser.
La mente es la que hace el trabajo, quien toma las desiciones y domina. Con ella sí nos identificamos, porque representa nuestra personalidad, ideologías y nuestra propia forma de ver el mundo, nuestro yo. Siendo popular la frase Pienso y Luego Existo[1], de René Descartes.
Si hablo de la mente afecto directamente a mis interlocutores, ya que estoy tocando puntos débiles y delicados. La mente, la salud mental. No está de más agregar la diferencia que existe entre las enfermedades psiquiátricas y/o psíquicas y las enfermedades físicas, considerando a las últimas en un plano inferior en lo que respecta a importancia. Ya que no se obtiene la misma reacción frente a ambas. Las enfermedades “mentales” se esconden, se evitan y se tratan inmediatamente, sin antes tachar al afectado de “loco”. Sin embargo, las enfermedades del cuerpo son simples de tratar para la mayoría de los casos. Ya que es sólo el cuerpo quien se enferma, pero no eres tú sino una extensión tuya. La medicina y la química se han desarrollado a tal nivel, que ahora encontramos pastillas para toda condición. Por lo que se tratan de inmediato. “algo de todos los días” (y cada día más común en esta sociedad). Vamos a una clínica, no importa lo cara que sea, con tal de que desaparezca ese molestoso quiste o inflamación. Existen quienes deben vivir su vida completa aferrados a un medicamento, y otros a quienes no les es posible seguir y tienen los días contados. La culpa va toda al cuerpo, el que se enferma, pero nunca al afectado. Frente a la desesperanza son muchos los que acuden a terapeutas holísticos o alternativos. Muchos que se mejoran de enfermedades terminales y retoman sus vidas. Mientras que están los mortales-escépticos quienes vuelven a sus casas devastados por los dolores del masaje, pelando a la acupunturista sin haber tenido ningún cambio en su salud.
Vivimos día a día ignorando la conexión real que existe entre esta mente, esta alma y este cuerpo. Tan real, que quizás, para algunos existe la probabilidad de que sean sólo uno y no necesiten división.
Concuerdo con el Dr. Humberto Maturana[2][3] quien plantea que el ser humano consta de dos dominios en los que se desarrolla. Uno de estos es el ser biológico, que consiste en el ser que se desenvuelve desde la biología, es decir, el ser que respira y lleva a cabo todos sus procesos vitales y metabólicos. Un organismo. Que como todos los organismos es un conjunto de sistemas que funcionando simultáneamente le dan vida. El cuerpo humano tiene distintos sistemas que son los que le permiten desarrollarse y funcionar como debe.
El ser biológico vive en el lenguaje, gracias a las conexiones que existen en el sistema nervioso, ya que son éstas las que originan al espacio psíquico espiritual. Este es estimulado por el medio, es decir, somos lo que somos por las relaciones que hemos tenido y continuamos siendo por las relaciones que establecemos día a día. Relaciones entre nosotros como organismos con el ambiente, entre nuestras neuronas y entre nosotros con la sociedad. En el SN se desarrollan nuestros procesos emocionales y cognitivos, como también es aquí donde se alojan nuestros recuerdos y creencias.
A pesar de ser partes distintas están ambas incluidas en uno sólo, en nosotros. Coexisten en el ser humano siendo complementarias y bajo ningún sentido excluyentes. Ya que se necesitan para existir. El espacio psíquico espiritual, alma o mente, esta en estrecha relación con el cuerpo, con el organismo que somos, ya que se lleva a cabo en un sistema de este, y a la vez es el que le da la funcionalidad al cuerpo.
La emoción se lleva a cabo gracias a la interacción entre el sistema límbico y la corteza cerebral. El Sistema Límbico, consiste en una parte primitiva de nuestro sistema nervioso, la cual produce estímulos sobre nuestra corteza cerebral llevándonos a lo que es “sentir una emoción”. Este es un sistema autónomo ya que no puede ser controlado por la racionalidad de la corteza.
La mente, es conocida como “Potencia intelectual del alma.”[4]. La capacidad de pensar. Esta acción se lleva a cabo por la parte de nuestro cerebro conocida como corteza cerebral, la cual se encarga de controlar nuestro cuerpo, tanto a nivel voluntario como involuntario, y de interpretar las señales recibidas de todo el cuerpo. Es la parte más evolucionada que posee nuestro sistema nervioso, y es la que nos caracteriza como especie.
Hablar de el cuerpo, o la mente, aleja estos conceptos de nuestro propio ser, enajenándolos de nosotros mismos. Al hablar de cuerpo, mente y alma sentimos que somos un rompecabezas desarmado. El ser es uno solo, este ser es el que se desarrolla en distintos dominios y espacios, este ser es un organismo que se relaciona, es un organismo que se emociona, pero es uno, sin partes desarmadas.
Me gustaría volver al punto de las enfermedades. Existen las enfermedades psicosomáticas, y la existencia de ciertas condiciones psíquicas y emocionales que tengan impacto en la salud del ser humano. Esto se concluye bajo el criterio de los sistemas que conforman al organismo, al estar estos entrelazados si existe una falla a nivel nervioso es muy probable que ésta se propague a los distintos sistemas, o ni siquiera una falla, sino un simple estimulo altera al cuerpo en una forma específica. La pregunta es ¿Por qué debería existir un desequilibrio? Las enfermedades y la salud, plantea Maturana, son tan sólo una condición humana ya que se deben a la forma de relacionarse que tienen los seres humanos, y el sentir que los caracteriza. Siendo las enfermedades la respuesta del cuerpo frente a desequilibrios emocionales y/o psíquicos existentes, poniendo como ejemplo a la conocida condición del sistema digestivo colon irritable, esta es generalmente causada por intolerancias alimenticias y/o estrés, estudios gastroenterológicos[5] revelan la relación existente entre el colon y el sistema nervioso, confirmando lo mencionado anteriormente
En la medicina tradicional no se tratan sino los síntomas, siendo esta una de las falencias más grandes observadas hoy en día en esta práctica. Lo que nos muestra la otra cara de la moneda, tratar sólo lo que se ve que está mal a nivel corporal, cómo dije anteriormente con distintos medicamentos. Muchas veces al tratar los síntomas sólo se eliminan de manera temporal, ya que eventualmente reaparecen. Esto ocurre porque las enfermedades, todas las enfermedades, tienen una raíz psicológica, están en estrecha relación con nuestro espacio psíquico, con nuestro sentir y nuestro pensar, lo que luego se expresa en nuestra “apariencia”, en nuestro cuerpo.[6] Esta es una de las razones por las cuales últimamente se recurre con más frecuencia a las terapias holísticas ya que éstas consideran al ser como un ser espiritual, psicológico y físico, llevando a los pacientes a descubrir lo que existe bajo los síntomas físicos, las emociones y relaciones que desencadenan la condición, reconciliándolos con su entorno y con ellos mismos. Tratándolos como un todo y sanándolos como un todo.
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Es de esta afirmación de la que debe surgir la conciencia, frente a nuestros pensamientos, a nuestros actos y también al cuidado de nuestro cuerpo. Ya que es éste el que no sólo nos representa en nuestras relaciones, y en la sociedad que nos desenvolvemos, sino que también demuestra nuestros sentimientos y nos permite vivir el lenguaje, nos permite interactuar y pensar. Es por esto que el cuerpo no tiene que olvidarse, sino considerarse y no solamente como cuerpo, no como parte nuestra, sino como nosotros. Al igual que con nuestra mente ésta tampoco se tiene que aislar y menos el alma. Ya que son nosotros. Nosotros somos nuestro cuerpo, nosotros somos nuestra mente y alma.
Concuerdo con Maturana cuando habla de la Biología del Amor, y explica ésta definiendo amor de la siguiente manera "Amor, dominio de las conductas relacionales a través de las cuales el otro, la otra, o lo otro, surge en esa relación como legítimo otro en convivencia con uno"[7]. Plantea al amor como situación relacional en la que se acepta al ser, objeto, en cuestión como es, sin exigirle nada mas ni nada menos. Esta es una cualidad fundamental en el amor, emoción humana de la cual se origina (o debiera) el lenguaje y las relaciones. Es fundamental ya que en el caso de que no existiese este amor, esta aceptación de las cosas tal cual son. Existe una frustración, una negación ya sea al ser, a lo vivido etc. Y esto crea un desequilibrio, que conlleva por ejemplo a las enfermedades físicas. Ya que estas son simplemente una negación, pensamientos negativos y descalificativos frente a lo vivido, a lo que se es, a las personas con las que uno se relaciona. Es por esto, que para hablar del ser, se tiene que hablar desde el amor, y tiene que aceptarse al ser como un todo sin separarlo por partes, tiene que aceptarse como es, cuerpo, mente, alma, uno solo. Un solo yo. El que va a comportarse como organismo y se va desarrollar en la reflexión, el lenguaje y la emoción.
[1] René Descartes
[2] Maturana, Humberto. El Sentido de Lo Humano, Editorial Dolmen, Santiago, Chile, 1997.
[3] Doctor en Biología Universidad de Harvard. Docente en Universidad de Londres, y Universidad de Chile. Premio Nacional de Ciencias en 1994, Stgo. Chile.
[4] Diccionario de la Real Academia Española. Online. http://www.rae.es
[5] Rev. méd. Chile v.129 n.5 Santiago mayo 2001
[6] Basado en Louise Hay, “You Can Heal Your Life”, Ed. Hay House, California, USA, 1999.
[7] Conferencia “Salud y Sociedad”, Valparaíso, Chile, 2005.
X Encuentro Interescolar de Filosofía
Este Jueves 01 de Octubre comienza la X versión del Encuentro de Filosofía, instancia que ha permitido a los jóvenes producir textos filosóficos analizando críticamente diversos tópicos del mundo. No es fácil escribir, exponer y debatir durante dos días con total libertad y respeto, por eso hace unos años comenzamos con este desafío que se ha consolidado como un espacio en donde se vive la reflexión, la crítica y las propuestas frente a los problemas. A continuación presentamos los Ensayos que serán leídos y debatidos y, por lo mismo, invitamos a los lectores a hacer comentarios a los distintos jóvenes que trabajaron arduamente en sus proyectos.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
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